Nos casamos a los 23 años, por motivos de un embarazo no programado, tuvimos muchos problemas economicos y personales, que casi nos llevan a un divorcio, pensabamos que nuestro matrimonio era un fracaso.
Todos nuestros problemas y fracasos creiamos que eran por motivos de nuestra situación economica y nos enfocamos a producir cada uno por su lado, llegamos a tener nuestras necesidades basicas y resulta que los problemas eran peores, nos tratabamos muy mal, nos perdimos hasta el respeto, cada quien hacia lo que queria sin importarle el otro.
Teniamos un amigo que siempre nos hablaba del Señor Jesucristo, era muy insistente, pero nunca le prestamos atención, estabamos ahogandonos en nuestros problemas y Dios solo queria que le prestaramos atención.
Un día despues que nos dimos cuenta que la solución de nuestro matrimonio no estaba en nuestras manos, nos rendimos y decidimos seguir a Cristo. Los cambios fueron sorprendentes es nuestras vidas, el Señor nos mostro cada uno de nuestros errores poco a poco y nos llenó de un amor sobrenatural que permitio entendernos y aceptarnos el uno y el otro con nuestros defectos y virtudes.
Los invitamos a seguir a Cristo, es la experiencia más maravillosa y eterna que existe, es una necesidad, con Él podemos enfrentar todos los obstaculos y nos ayuda a que nuestras cargas sean más lijeras.
Nosotros perdimos mucho tiempo de nuestras vidas en el día a día, en los supuestos placeres del mundo y pensar que Cristo siempre nos estuvo llamando...
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